Actos de presentación
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Tercer Acto de Presentación del Libro "Cámaras Empresarias"
Realizado en el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, el día 16 de mayo de 2013.
 
A partir de la gran repercusión que la obra ha tenido en ámbitos académicos, jurídicos, políticos y empresarios argentinos luego de sus dos primeras presentaciones: En el Senado de la Nación el 13 de noviembre de 2012 y en la CGE, el 11 de abril de 2013, se organizó este "Tercer Acto de Presentación" del libro del Mag. Facundo Biagosch "Cámaras Empresarias" (Ed. Ad Hoc. Bs. As. 2012) en el "Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas" el día 16 de mayo de 2013. Contó con la participación de Miembros del Insituto, encabezado por su Vice Presidente I, Dr. Alberto Gelly Cantilo, Académicos, Dirigentes Políticos y Miembros de la "Asociación de la Resistencia Peronista". Este acto académico sirvió -una vez más- para poner de manifiesto la importancia académica de esta obra que por primera vez en la historia del derecho argentino se escribe en nuestro País! Además sirvió también para intercambiar opiniones e interpretaciones sobre la historia política argentina y la realidad política actual de nuestro País donde todos los participantes pudieron manifestar libremente sus opiniones sin restricciones de ninguna índole!
 
El Autor, Mag. Facundo Biagosch, ultimando detalles antes del inicio del acto con el Vicepresidente I del "Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas", Dr. Alberto Gelly Cantilo en el Salón Principal del Instituto donde se desarrolló el acto.
   
...Mientras se iban incorporando importantes hombres de la política argentina como los representantes de la "Asociación de la Resistencia Peronista" y del "Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón" Puede verse al Secretario del dicho Instituto informando a los organizadores y panelistas las excusas de Presidente del mismo Instituto, Diputado Nacional (MC) Lorenzo Pepe, quien por razones de fuerza mayor no pudo estar presente en el acto como tenía planificado.
   
El libro es expuesto en la mesa principal del Salón "Los Caudillos" del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, calle Montevideo 641 de la Ciudad de Buenos Aires donde se presentó el día 16 de mayo de 2013 el libro!!
   
Instantes previos al inicio del acto, mientras el panel se aprestaba al inicio del mismo.
   
...Y el Dr. Alberto Gelly Cantilo les daba la bienvenida a los concurrentes.
   
El Dr. Alberto Gelly Cantilo, en su calidad de Vice Presidente I del Instituto organizador, dio inicio con el acto para lo cual hizo pasar para integrar el Panel de Expositores al Presidete de la "Asociación de la Resistencia Peronista" Manuel Gallardo.
   
Destacó la importancia de su presencia en el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas por tratarse de un militante peronista "de la primera hora" defensor del orden constitucional y de la Constitución Nacional, salvajemente derogados y suprimidos luego del nefasto 16 de septiembrede de 1955 fecha que dio origen a la que llamó "salvaje revolución fusiladora"!!!
   
Por eso ratificó que su presencia no puede pasar inadvertida para las actuales y futuras generaciones de militantes peronistas, dado que él ha sido ejemplo junto a otros grandes e ilustres miembros de la Resistencia -como Enrique Oliva, Porfidio Caldeón o Carlos Ponce- quienes iniciaron la lucha pacífica para conseguir la restitución de la democracia en la Argentina, el funcionamiento de las Instituciones Republicanas de Gobierno, la vigencia de la Constitución Nacional y el verdadero Estado de Derecho en nuestro País!!!
   
...Porque -tal como destaca a menudo el Dr. Facundo Biagosch- ellos fueron quienes iniciaron el camino, trazaron la senda por donde habrían de proseguir sus luchas las generaciones pasadas, actuales y futuras de compatriotas!!! Sin su lucha en condiciones mucho más adversas que las actuales. hace ya más de medio siglo, no estaríamos hoy aquí nosotros, difundiendo principios jurídico-políticos, ni manifestando libremente dentro de un estado de derecho nuestras ideas, como las volcadas libremente por el Autor en este su nuevo libro!
   
Previo a referirse expresamente al nuevo libro y a su -ya difundida y reconocida en ámbitos académicos- gran importancia, el panelista destacó la enorme importancia y verdadera dimensión de la obra jurídica del Mag. Facundo Biagosch en lo que va del siglo XXI!
   
La obra jurídica de Facundo Biagosch se inicia con su ópera prima "Asociaciones Civiles" en el año 2000 y continúa con otras de temas nunca antes tratados por la doctrina argentina que -tal como destaca a menudo el Dr. Alberto González Arzac- se han convertido ya en "verdaderos clásicos del derecho argentino". Ellos son: " Organizaciones No Gubernamentales" del año 2004; La segunda edición de "Asociacioes Civiles" ampliada y actualizada en el año 2005 luego de agotarse la primera edición; Su libro premiado "El Bien Común en la Constitución Nacional y el quiebre del orden constitucional" del año 2007: "El objeto de bien común de la Asociaciones Civiles" en el año 2010 y en el año 2012 esta nueva obra que por primera vez en la historia de la doctrina y del derecho argentinos aborda de manera completa el tema de las Cámaras Empresarias!!!
   
A ello, agregó que la obra de Facundo Biagosch no se limita a ser una importantísima fuente doctranaria que en la República Argentina no puede ser dejada de estudiar y que -incluso- ha logrado gran repercusión en otros países americanos e -incluso- en España, Italia y Alemania; Sino que además como Ex Asesor del Senado de la Nación, es el Autor del -primero y único en la historia patria- "Proyecto de Ley Nacional de Asociaciones Civiles" que se elaborara dentro del ámbito del Poder Legislativo y además alcanzara a obtener media sanción legal con su aprobación en el Honorable Senado en el año 2003!!!
   
Recordó que dicho Proyecto de Ley, -en sentido opuesto a lo acontecido con la ilegítima e inconstitucional sanción de otras leyes de personas jurídicas de carácter privado como las sociedades comerciales y las fundaciones (dictadas durante gobiernos de facto), esta ley nacional respeta perfectamente el sistema establecido para sancionar las leyes en cabeza del Poder Legislativo, establecido en la Segunda Parte de la Constitución Nacional!!!
   
Por todo ello, -acotó hacia el final de su presentación-, el Dr. Facundo Alberto Biagosch fue condecorado con el "Título de Nobleza Meritocrática" y distinguido con la "Estrella Académica Universal con el Rango de Patricio de la Humanidad Solidaria" otorgado por la Obra Mundial pro Humanidad Solidaria. Aplauden los Dres. Alberto Gelly Cantilo y en agradecimiento el Mag. Facundo Biagosch junto a la totalidad del Auditorio, mientras Manuel Gallardo emocionado escucha con atención!
   
Puede verse a los primeros asistentes en llegar al Salón "Los Caudillos".
   
El Dr. Alberto Gelly Cantilo en su calidad de Vicepresidente I del Instituto, da lectura a los importantes mensajes de adhesión al acto de presentación recibidos en el mismo Instituto. Dentro de ellos destacó especialmente el mensaje remitido por el Presidente de la Honorable Cámara de Diputados. Diputado Nacional Julián Domínguez.
   
Puede verse durante el acto escuchando con atención al Dr. Carlos Ponce, antiguo miembro de la "Asocaciación de la Resistencia Peronista" y Presidente de la "Asociación de Amigos del Instituto Nacional de Investigaciones Hisóricas Juan Manuel de Rosas" junto a Pepe Muñóz Azpiri distinguido miembro y funcionario del Instituto.
   
El Dr. Alberto Gelly Cantilo , en representación del Instituto manifestó públicamente su agradecimiento, la satisfacción y verdadero honor que significa para el Instituto esta nueva presentación de un libro del Mag. Facundo Biagosch, a quien definió como un gran amigo del Instituto e hijo de un "inolvidable gran amigo", el Dr. Alberto Biagosch! Destacó respecto del mismo que fue quien luchó y trabajó enjundiosamente por la nacionalización del Instituto cuando el tristemente recordado Presidente de La Rúa y su Secretario de Cultura, artera y groseramente intentaron por medio de un Decreto desnacionalizar y disolver el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas cuyos orígenes se remontan al año 1938!! Pero no pudieron prever estos dos inescrupulosos y torpes Funcionarios , cegados por el odio y el rencor, que los Dres. Alberto Biagosch y Alberto González Arzac desde el Senado de la Nación trabajarían con patriótica y civilizada enjundia! -(y con la celeridad que demandaba la cuestión)- para sancionar y lograr aprobar por unanimidad de Senadores y Diputados la ley de Nacionalización del Instituto y derogar el nefasto Decreto del Presidente que felizmente para la seguridad jurídica argentina y el pleno funcionamiento de las Instituciones de la República quedó derogado in límine por un Ley Nacional! Fue entonces que este delincuente Presidente De la Rúa y su Secretario de Cultura debieron morder inexorablemente el "polvo de esta derrota política" que seguiría in crecendum hasta terminar con su delictiva y cobarde huida en helicóptero luego de haber dejado un tendal de sangre y violencia nunca ante visto desde la recuperación de la democracia en 1983, con 37 muertes todavía impunes de inocentes argentinos que habían salido a protestar a la calle contra la colosal estafa del corralito que impusierorn De La Rúa y Cavallo que tantos daños y perjuicios causaran en la historia argentina!!!!!
   
El Dr. Luis Sarlenga, Secretario del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón quien concurrió en representación del Presidedente del Instituto, Diputado Nacional (MC) Lorenzo Pepe, sigue con atención las exposiciones.
   
 
   
El Autor agradece especialmente al Dr. Albero Gelly Cantilo por su elogiosa y afectuosas palabras de presentación y fundamentalmente lo felicita por el relato que hizo de los hechos histórico políticos argentinos, por él tratados y analizados en el libro.
   
...Mientras Manuel Gallardo rememora sin rencores -pero con fe en el futuro venturoso de esta gran Nación!- los años de persecución, sangre, muerte y barbarie que se desataron en nuestro País luego de la "revolución fusiladora" del 16 de septiembre de 1955 autodenominada "libertadora" para tergiversar la historia verdadera y ocultar que fue ella la que inició la guerra civil y el terrorismo de Estado en la República Argentina en el siglo XX!!!!
   
...Mientas otro de los sobrevivientes de la barabarie desatada luego de derrocarlo al Teneiente General Juan Domingo Perón de la Presidencia -(constitucional que había revalidado en el año 1952)-, el Compañero Natalio Acher rememorando, -antes de comentarlo en el Salón al auditorio- que antes del 16 de septiembre de 1955 no podemos olvidar los argentinos de bien para honrar la verdad histórica objetiva y a todos los mártires y víctimas inocentes, que el 16 de junio de 1955 los revolucionarios ejecutaron el acto de mayor violencia de toda la historia argentina cuando bombardearon la plaza de mayo y masacraron a miles de compatriotas indefensos para luego huir como cobardes y como ratas a buscar refugio en el Uruguay!! sin tener la dignidad, mínimo valor ni honradez elemental de los verdaderos hombres de armas de la Nación!!!!
   
A ello agregó el Dr. Biagosch que nefastos militares y otros delincuentes civiles del partido radical!, como Francisco Manrique, Miguel Ángel Zavala Ortíz y Roque Carranza, iban dentro de los aviones genocidas! e incluso algunos de ellos llegaron a ser ministros en gobiernos radicales como Zavala Ortíz de Illia y Roque Carranza de Alfonsín, años después.
   
...Y ello no puede más que causar repugnancia y vergüenza en el sentir del Pueblo Argentino! y en el centenario Partido Radical del que su abuelo Emilio Biagosch fue un distinguido dirigente Yrigoyenista, pero nunca estuvo de acuerdo, -aún sin haber sido peronista-, ni menos aún justificó la participación y complicidad de los nefastos ministros que el partido fundado por Don Leandro N. Alem le prestó y convalidó con los delincuentes y asesinos más salvajes y nefastos que hasta ese momento se conociera en la historia argentina como son Lonardi, Aramburu y Rojas que derrocaron al Teniente General Juan Domingo Perón!!!!
   
Porque recordó al auditorio, -tal como tiene escrito en su libro "Ignominias Paralelas "Caseros y la libertadora. La verdead histórica objetiva", que ellos no solo derrocaron un gobierno constitucional argentino elegido por más del 50% del Pueblo argentino, convirtiéndose en autores del delito de Traición a la Patria (de acuerdo al Artículo 22 de la Constitución Nacional, sino además fueron serviles deshonrosos a lo intereses del Imperio Británico!!! Tanto fue ello así, -relató y recordó al Auditorio que los argentinos no podemos ni debemos olvidar que el mismo Winston Churchill, por entonces cara visible del Imperialismo Británico, manifestó públicamente en la Cámara de los Comunes el día 17 de septiembre de 1955 -(o sea una vez que le confirmaron que habían derrocado al Teniente General Perón justo el día anterior, o sea el 16 de septiembre de 1955)- lo siguiente: "La caída del tirano Perón en Argentina es la mayor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mi tanta importancia como la victoria de la Segunda Guerra Mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto".
   
Por ello esto último agiganta el calificativo de “traidor” a la figura de Lonardi porque él fue compañero de armas del General Perón y uno de los primeros militares argentinos en violar la Constitución Nacional sancionada en 1949, no obstante a haber jurado serle fiel, respetarla y defenderla -incluso- hasta con la vida si alguien intentara conspirar contra la misma.
Pero fue un “idiota útil” porque creyó -o le hicieron creer- que con su accionar estaba sirviendo a la Patria al contribuir con la causa, sin saber claramente cuál era en realidad esa causa con la que él contribuía desde su levantamiento en Córdoba contra el gobierno constitucional del Teniente General Perón votado por el 52% del pueblo argentino en elecciones limpias y transparentes en el año 1952.
Por haber sido un auténtico “pobre tipo” que sólo sirvió para ser utilizado por el verdadero “gorilaje” apátrida y traicionero al servicio de Inglaterra fue destituido en un auténtico “golpe de palacio” cuando Aramburu y Rojas lo remplazaron de facto en noviembre de 1955. Respecto a este hecho corresponde dejar dicho que vanos han sido los intentos de la historia oficial -antipopular y antiperonista- de querer minimizar a una suerte del “golpe interno de las fuerzas armadas” el artero golpe que le implicaron Aramburu y Rojas a quien habían utilizado para sus más negras intenciones y negros designios.
Esa es, -y desgraciadamente para él y su familia-, nunca otra, la única verdad aplicable a este tristemente recordado General de la Nación.
Es decir un poco menos de dos meses le duraron a Lonardi sus ambiciones de gloria por un falso e ilusorio “servicio a su Patria” y cruda y despiadada con él, fue la realidad que lo obligaron vivir y sobrellevar los auténticos golpistas del 55 para quienes había sido simplemente -y como tal quedará registrado por siempre en nuestra historia- un simple y pobre “idiota útil”.
El estuvo –aún sin saberlo- al servicio del Imperito Británico y de los verdaderos golpistas y fuerzas que estuvieron detrás del derrocamiento de Perón: el Imperio Británico.
   
Esa es, -y desgraciadamente para él y su familia-, nunca otra, la única verdad aplicable a este tristemente recordado General de la Nación.
Es decir un poco menos de dos meses le duraron a Lonardi sus ambiciones de gloria por un falso e ilusorio “servicio a su Patria” y cruda y despiadada con él, fue la realidad que lo obligaron vivir y sobrellevar los auténticos golpistas del 55 para quienes había sido simplemente -y como tal quedará registrado por siempre en nuestra historia- un simple y pobre “idiota útil”.
El estuvo –aún sin saberlo- al servicio del Imperito Británico y de los verdaderos golpistas y fuerzas que estuvieron detrás del derrocamiento de Perón: el Imperio Británico.
A ello acotó y recordó importantes hechos históricos de la historia universal contermporánea que bien sirven para comprender este proceso histórico.En tal sentido recordó al auditorio que finalizada la segunda guerra mundial en 1945 y fundamentalmente luego de la Conferencia de Yalta celebrada el 11 de febrero de 1945 entre los representantes de los vencedores: EEUU. Representada por Franklin Delano Roosvelt, la URSS por Iósif Stalin y el Imperio Británico por Winston Spencer Churchill, la militarización de Europa se había modificado sustancialmente.
En primer lugar el desarme y desmilitarización de Alemania y en segundo lugar la declaración de Europa liberada para iniciar una etapa de pacificación de los países del viejo continente.
Esta fue la causa fundamental por la que Inglaterra no pudo hacer público ni mostrar al mundo vencedor de la guerra que acababa de finalizar su participación en el derrocamiento de un gobierno elegido legítimamente por el pueblo en la República Argentina.
Por lo tanto debieron actuar -y así lo hicieron- a través de la Marina argentina a la que siempre manejaron a su antojo, tal como puede verse en el libro que el mismo Perón explica.
A lo largo de uno de los capítulos del libro se vuelven a analizar cuáles fueron las intenciones volcadas en hechos, los luctuosos y concretos propósitos que llevaron a cabo Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, luego de destituir al “pobre iluso“ y malogrado General Lonardi. Todos ellos, sin embargo tienen en común el pobre y apátrida mérito de haber trabajado para, y en defensa de los intereses del Imperio Británico, en desmedro de su propia Patria.
Tan valedera es esta afirmación y calificación que bien podemos decir en este sentido; Alea jacta est.
La suerte ha quedado echada para Aramburu, -quien debió pagar con su vida 15 años después la violencia por él desatada descontroladamente- y Rojas como los iniciadores de al lucha armada en el siglo XX en la República Argentina y para Lonardi en este sentido. A punto tal que ni siquiera su hija Marta ha logrado reivindicar la triste y pobre imagen de su padre ante la historia en su libro sobre la Revolución Libertadora de 1955. También quedó echada la suerte de este personaje menor, dado que una vez desalojado de la casa de gobierno por Aramburu y Rojas fue in totum dejado de lado. Nunca más fue tenido en cuenta por los “libertadores” y así como Roma no paga traidores, la libertadora no le pagó nunca los servicios que de manera “inocente e ingenua” creyó haberle prestado a aquellos verdaderos asesinos con uniforme argentinos que le sucedieron luego de usarlo vilmente, lo derrocaron y condenaron al olvido, al escarnio y al oprobio.
   

El Dr. Biagosch se refirió y dejó dicho reiteradamente el espíritu pacificador del General Perón, tal como surge del Comentario de Perón con relación al primer movimiento militar en contra de su gobierno en el año 1951. Para mayor claridad remarcó al auditorio lo siguiente :

Tal como habrá de advertirse claramente queda demostrado en este punto, que el Tte. General Juan Domingo Perón como Presidente Constitucional de la Nación y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas por imperativo constitucional, pudo haber reprimido y hecho fusilar dentro del imperio de la ley a quienes intentaron en vano subvertir el orden constitucional contra su gobierno en 1951.
Ya desde aquí, se puede apreciar claramente una esencial formación y virtuosa condición que caracterizaron a este gran hombre:: su compromiso -como cristiano- con la paz y el respeto de la vida de sus semejantes y como argentino el amor a su Patria, a la Constitución Nacional, al orden jurídico legal y a su pueblo!
Por eso el comentario que a continuación se transcribe tal como lo manifestara a su pueblo y por eso su falta de represión militar a los golpistas de 1955, tal como hemos indicado en la primera parte de esta obra y se ha reiterado como verdad irrenunciable en nuestra historia!
Es a partir de esta formación y elevado espíritu que se alcanza a comprender y se desprenden estas ideas que vuelca en estas afirmaciones que hizo públicas en su momento:
“Nuestra Constitución prohíbe la aplicación de la pena de muerte por sus cuestiones políticas y la Constitución es la base de todas las leyes. El Congreso la votó para atemorizar a esa gente, pero ¿… iba yo aplicar una cosa inconstitucional? No. Yo los sometí a un consejo de guerra, que era lo legal. No podía colocar al gobierno fuera de la ley, fuera de la Constitución. Para mí era muy fácil que fusilaran uno, dos, mil, los que fuesen. Ordenar un fusilamiento es muy fácil. Más difícil es no ordenarlo. De haberlo ordenado, tal vez las cosas hubieran tomado otro rumbo, pero yo hubiera violado la constitución que había jurado. Hubiera sido un perjuro”.

Tales son los conceptos que expresa Perón al referirse a ese primer movimiento militar contra su gobierno, que se origina en el seno del ejército, del que provenía, aunque no será esta arma sino la marina, la que puede en el futuro como su máxima opositora iniciando una resistencia sorda que acabaría precipitando los acontecimientos fundamentales. ES importante reseñar esta actitud y los comentarios de Perón al respecto, ya que, en tales comentarios, pueden descubrirse los primeros rastros de una oposición que hizo posible el derrumbamiento del gobierno constitucional
“Yo a la Marina la Corro con el cuerpo de bombero.”
Perón sentía especial encono con los marinos, que en su gran mayoría pertenecían al rito masónico celeste escocés, y que en su uniforme aun hoy, lucen corbata negra en luto por la muerte del pirata Nelson.
La historia de la Marina es una cosa un poco larga -recordara Perón-.
“Casi todas las marinas del mundo están un poco desligadas de su país. Viven más bien en el océano que en su país. Y, dentro de eso, están también un poco ligadas a la Marina inglesa. Todavía llevan el luto por Nelson en el pañuelo negro que usan en la Argentina mucho mas, porque han sido destruidos por los ingleses y, como bien se sabe, la revolución del 55, la revolución Libertadora que la llaman nos la hicieron los Ingleses”.
En todo momento Perón asocia su derrocamiento con la Marina argentina y con Inglaterra.

La revolución contra mí la hicieron los ingleses por un motivo económico. En 1946, cuando yo me hice cargo del Gobierno ellos exportaban a la Argentina cerca de treinta millones de dólares en Paño, mientras que en 1954 esa exportación no alcanzó a un millón de dólares. De manera que ellos hubieran sido perjudicados porque nosotros en ese periodo instalamos fábricas de tejidos y nos hacíamos nuestro género y todas nuestras cosas. Es que nosotros al liberar al país, teníamos que sacar la metrópolis de allí. Argentina era una colonia de Inglaterra. Por lo mismo, nuestra independencia económica consistía en romper la independencia de Inglaterra. Ocurre que nosotros nos independizarnos en 1816 del poder político de España, pero caímos en el poder económico de Inglaterra. La nuestra fue la segunda independencia para liberarnos de Inglaterra. La Marina cumplió su papel. La Marina está formada por jefes y oficiales que además son todos masones del rito celeste escocés, que es un rito muy especial. A ese mismo rito pertenece la Marina inglesa. Todo esto hizo que esa gente tuviera cierta inclinación, aunque ello no resulto suficiente para empujar a todos sus jefes y oficiales. Se necesitó dinero y los ingleses los compraron directamente y los hicieron instrumentos suyos. Nosotros sabíamos que Inglaterra estaba dirigiendo y financiando esto y, por ello retiramos toda la munición a la Marina. No les dejamos ni las espoletas de los cañones. Pero los ingleses, desde las bases de las Malvinas, no solamente les facilitaron esas municiones si no que también los abastecieron y de alimentos desde Montevideo. La Marina como cuerpo, era ajena a las otras armas. No es porque estuviese separada del resto, es que estaba enfrentada. Pero eso pasa en todas las marinas del mundo. Recuerdo que en Italia estaba la escuadra en el puerto de Brindisi se presento a dar batalla a la escuadra inglesa, y no quiso salir la italiana.
El enfrentamiento surgió porque yo era enemigo de la metrópoli (Londres) y ellos pertenecían más a la Metropoli que a la República Argentina. Yo era un hombre que iniciaba un movimiento de liberación en el país contra Inglaterra que era las que nos dominaba, y ellos pertenecían más a Inglaterra que a la Argentina. Por eso fue difícil asimilarla al proceso. No fue posible tener una marina peronista porque la Marina nunca es nada. Se hizo mucho para cambiarla, pero estas logias dominaban y lo único que hubiera pedido hacer yo dominarlo a través de las logias. Eso no estaba manejado ni por el país, ni por los jefes ni nada. Hay ahí una fuerza superior que engancha a otros y yo veo la acción de los mazones en esto. Los veo en todas las partes del mundo donde estuve. Ese era un fenómeno que nos ocurrió a nosotros con La Marina, porque ni el Ejército ni la Aeronáutica había masones.

   
...Mientra tanto, el Cro. Manuel Gallardo escuchaba rememorando aquellos nefastos -aunque malogrados- hechos políticos.
   
 
   
 
   
...Mientras tanto en primera fila Alberto Gelly Cantilo, Luis Sarlenga y más atrás Jose Luis Muñoz Azpiri, Carlos Ponce y demás asistentes, escuchaban con atención esta verdadera clase de historia del Dr. Facundo Biagosch!!!!
   
 
   
Posteriormente el Autor destacó ciertos aspectos a los que ese refiere en el Prólogo de su nuevo libro de Historia. En tal sentido reafirmó que La antinomia “historia oficial-revisionismo histórico” ha quedado ya superada en nuestro país, a punto tal que ya varias son las opiniones de destacados autores que postulan que la otrora llamada “historia oficial” en realidad ya no existe y por lo tanto deviene abstracto hablar de la misma.
Ello así, precisamente, porque la corriente revisionista de nuestra historia ha logrado imponerse al hacer valer “la verdad histórica objetiva”, y ello ha permitido ya desde las primeras décadas y hacia mitad del siglo XX demostrar a los argentinos que la versión oficial de nuestra historia no fue más que la manera de asegurarse para el futuro la consolidación de un modelo de País y una etapa originada tras las ignominiosas batalla de Caseros en el siglo XIX y la Revolución Libertadora en el siglo XX.
Como contrapartida de aquél señaló que ha sido el enfoque y revalorización del modelo Nacional, popular y federal con acabada concepción de Nación el que -a pesar de los golpes- ha logrado imponerse y felizmente y gracias a Dios! es el que transita la Argentina desde el año 2003 ya como modelo inquebrantable de la voluntad popular expresada en las urnas.
Ya muy pocas son las opiniones que dejan de advertir claramente que el modelo de País federal, nacional y popular con una economía pujante a partir de la industrialización y un tipo de cambio razonable y acorde con la necesidad de volver a ser un país exportador, puso punto final al endeudamiento externo y a la tristemente recordada “patria financiera” que inicialmente en nuestro País se impusiera a fuerza de sangre y fuego en la última dictadura militar de 1976-1983.
Pero no obstante ello, la que fue la más sangrienta dictadura de toda la historia argentina y una de las más corruptas y cobardes -junto a la chilena del General Pinochet- del mundo contemporáneo, se utilizó para terminar de destruir el modelo de País nacional y popular que había comenzado el General Perón democráticamente en 1946, que continuó en 1952 hasta la barbarie desatada por los opositores y externos e internos del País que culminaron el 16 de septiembre de 1955. El último gobierno militar sirvió y fue utilizado –entre otras cosas- para terminar de borrar de la faz de la tierra, los máximos logros de la política económica ideadas por Perón y efectivizadas por el Ministro de economía Don José Ber Gelbard y para eliminar a la generación de compatriotas que la idearon, que la hicieron posible y que la defendieron con su vida!
Esto así no sólo porque el pueblo argentino es esencialmente defensor de la corriente política nacional, rosista y peronista, sino también porque en nuestro País hacía tiempo ya que se venía gestando la corriente de “Pensamiento Nacional” que se originó y se nutrió del federalismo, del rosismo, yrigoyenismo y luego del peronismo.
Se trata de postular la premisa fundamental de que el Pensamiento Nacional es una experiencia reflexiva que, pretendiendo derribar las barreras determinadas por contenidos ideológicos concebidos en otras geografías, coloca a lo nacional en el centro del análisis. Este modo de especular, -sostiene Pestanha-, se concentra en la realidad concreta, y promueve en tanto, un aprender que implica desaprender las deformaciones ideológicas impuestas por una superestructura cultural que nos es total o parcialmente ajena.1
Dentro de los hechos histórico políticos argentinos que de manera más determinante, constituyen clara manifestación de la génesis e implementación victoriosa del Pensamiento nacional, podemos enumerar –como ejemplos trascendentales- los siguientes:
El día el 20 de noviembre de 1845 la Confederación Nacional Argentina, -gracias al patriotismo, decisión política e inteligencia del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, entonces encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación, Brigadier General Juan Manuel de Rosas- demostró al mundo entero que la Argentina no habría de ser nunca más una colonia y en la Vuelta de Obligado combatió con denuedo al invasor.
También en los siglos XX y XXI la Nación Argentina demostró al mundo con hechos políticos concretos de soberanía política que no sería nunca más una colonia de potencia extranjera alguna ni de ningún centro financiero internacional!
Esto fue posible y por ello, el Pueblo Argentino y nuestro País entero les debemos al Tte. General Juan Domingo Perón, -primero- y al Dr. Néstor Carlos Kirchner –después- haber sabido continuar e instrumentar en fáctica concreción, aquella dirección de soberanía política que trazaron a lo largo de estos doscientos años los verdaderos Padres y Prohombres de la Patria.
Ellos fueron José de San Martín -en primer lugar-, y lo continuaron y lograron consolidar dicho modelo, José Gervasio Artigas, Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego, Facundo Quiroga y los caudillos federales.
Posteriormente quienes también así lo hicieron, fueron Don Hipólito Yrigoyen en los siglos XIX y primeros años del XX, y Perón y Kirchner culminaron a lo largo de la mitad del siglo XX y primera parte del siglo XXI.
Además de ello, luego de esta suerte de primera parte del “Prefacio” también queremos destacar que numerosos han sido los antecedentes que han coadyuvado con la formación y posición esencialmente nacional revisionista frente a nuestra historia que el lector advertirá que con meridiana claridad surgen de estas páginas.
Las mismas, -sumados a otros hechos posteriores- originariamente son el producto de la influencia del pensamiento, enseñanzas y visión de los hechos históricos y políticos más importantes de nuestro país que me inculcara mi padre, el Dr. Alberto Ernesto Biagosch (1935-2006). Por ello –entre otras cosas- mi nombre me fue elegido por mi padre, en homenaje al General Juan Facundo Quiroga y a mi hermano Juan José Biagosch (+) , en homenaje al General Juan José Valle.
Uno de los últimos aportes efectuados a su Patria por Alberto Biagosch lo constituye el “Informe de Renegociación de los Contratos con Empresas prestadoras de Servicios Públicos” efectuada en junio de 2002. La misión histórico-política que tuvo el mismo fue la de impedir que las empresas extranjeras prestadoras de los servicios públicos en la Argentina, impusieran a su antojo el precio que los argentinos debíamos pagar por los servicios púbicos. Además sirvió para analizar y aclararle al entonces Ministro de Economía Lic. Roberto Lavagna, el tema referido a los Servicios Públicos y regulación de sus tarifas en la Argentina. También se ha destacado con anterioridad en otra obra , que constituye el último legado de Alberto Biagosch a su Patria y que “…el autor intelectual y material del llamado “Informe Biagosch” tuvo en su formación iusfilosófica aquello que le permitió -entre otras grandes obras legadas a su país- la elaboración del mismo.
Para ello, su autor –entre otras cosas propias de una capacidad y formación superiores al nivel medio de sus contemporáneos políticos tuvo,-siguiendo las enseñanzas y ejemplo del Tte. General Juan Domingo Perón-, una larga relación con los clásicos griegos y latinos- Platón, Aristóteles, Aristófanes, Esquilo, Eurípides, Diógenes Laercio, Plutarco, Cicerón. También con los grandes nombres del pensamiento político histórico -Maquiavelo, Manzini, Michelet, Montaigne, Rousseau, Kant, así como con las grandes plumas de la Iglesia: San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Bernardo, San Buenaventura.
Entre sus compatriotas no faltaban a sus conocimientos las obras de Monseñor de Andrea, José Luis Busaniche, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, José María Rosa, su amigo Fermín Chávez y Ernesto Palacio, amigó de su padre quienes fundamentalmente influyeron en su pensamiento para la acabada interpretación de la historia de las empresas prestadoras de servicios públicos en la Argentina. Esta corriente de pensamiento e ideas de estos autores, además, influyeron de manera determinante en el análisis integral de la problemática que se planteaba ya en la elaboración de la que sería la solución mas ecuánime y justa del problema del aumento de tarifas…”
Pero no solamente influyeron los autores revisionistas más importantes de nuestro País
en su pensamiento y formación de modo de permitirle la producción del conocido como “Informe Biagosch” que es analizado, trascripto y comentado en el libro “Tarifas Públicas. En Homenaje al Dr. Alberto Biagosch” (Ed. Ad. Hoc. Bs. As. 2009), sino también transmitir generosamente los conocimientos adquiridos a rodos los argentinos en general y a sus hijos en particular.
Pero además de ello mi padre me inculcó la importancia política de estos autores, como representantes más acabados del pensamiento nacional en la República Argentina y como tal, los he tomado y seguido desde entonces.
Recuerdo que uno de los primeros libros de historia argentina que mi padre, siendo yo todavía un niño, me recomendó leer fue el de Ernesto Palacio. El mismo estaba en su Biblioteca, dedicado por el autor a su padre, es decir mi abuelo el Dr. Emilio Biagosch quienes habían sido amigos en su juventud.
Cuando este Autor comienza su análisis sobre la Caída de Rosas y luego analiza la batalla de Caseros, lo hace refiriéndose a la “Ignominia de a Caseros”. Este es el origen principal y primer antecedente del Título de este libro.
Otras de las obras históricas que de manera determinante también influyeron en mi posición histórica revisionista fueron el “Diario de la Historia Argentina” de Jorge Perrone del Año 1974 y la “Vida de Don Juan Manuel de Rosas” de Manuel Gálvez.
La misma fue republicada en el año 1975 en fascículos semanales que mi padre los días martes a la noche iba a comprarme en el kiosco de revistas de la Avenida Las Heras y Scalabrini Ortiz para que yo leyera, y pudiera así comenzar con mi formación histórica y aprender la verdadera historia del Restaurador de Las Leyes. Con el tiempo mi padre encuadernó esta magnífica obra que hasta el día de hoy guardo con gran gusto en mi biblioteca y es frecuentemente consultada, como lo ha sido para elaborar esta obra.
También recuerdo como, pasados casi treinta años de aquel entonces, conversando con el Dr. Alberto González Arzac en la Confitería Casablanca frente al edificio Anexo de la Cámara de Diputados, le comenté mi idea de escribir un trabajo trazando un “paralelo” entre las dos más grandes ignominias argentinas de los siglos XIX y XX respectivamente: la batalla de Caseros y la Revolución Libertadora.
Fue entonces cuando este notable jurista, historiador y maestro me recordó la célebre frase de otro gran patriota argentino, el Dr. Alejandro Olmos, cuando después del 16 de septiembre de 1955 dijera que “no se confundan compañeros, esto es un nuevo Caseros…”
Convencido de que ello así ha sido en nuestra historia, una y otra vez la idea ha dado vuelta por mi cabeza hasta que gracias a Dios, he podido materializarla en esta obra publicada por mi “compañero” y amigo Fabián D’Antonio, titular Responsable de Ediciones Fabro que someto al juicio de los lectores y aspiro a que pueda servir para terminar de dilucidar la verdad histórica objetiva, poniendo del debate en su quicio, -(como diría el gran Maestro argentino Arturo Enrique Sampay)-., de lo que estos hechos aberrantes significaron para la Nación Argentina y las nefastas consecuencias jurídicas, políticas y sociales que nos dejaron a los habitantes de esta bendita tierra.
Se trata, además de dos procesos políticos en los que al Argentina debió combatir con dos potencias imperiales extranjeras, el Imperio del Brasil y el Británico, respectivamente, sin duda alguna se trata además de dos imperdonables traiciones que derivaron en dos hechos históricos considerados verdaderas vergüenzas nacionales por generaciones pasadas, presentes y futuras de argentinos!
De acuerdo a lo que venimos sosteniendo estamos por demás convencidos que estos dos hechos objetivos nefastos para nuestra historia, no sólo merecen el recuerdo más repudiable de todo argentino bien nacido y el calificativo de “ignominioso”, sino que también guardan varios puntos de contacto entre uno y otro que iremos analizando a lo largo de estas páginas.
Para ello hemos hecho todo lo posible para analizar y citar también -en lo que puede parecer un exceso de buena fe doctrinaria-, las interpretaciones que sobre los mismos han efectuado autores que se encuentran claramente en la posición contraria. A este respecto aclaramos que no nos mueve ningún espíritu de cercenar el derecho a expresarse libremente sobre hechos histórico-políticos que tiene todo ciudadano en nuestro País, ni de silenciamiento de las opiniones adversas. Por el contrario estamos convencidos de que la nuestra será una opinión que habrá de coadyuvar con la verdad histórica objetiva para lo que nos hemos valido de relatos y fuentes históricas, incluidas las correspondientes a otras escuelas e incluso a las de la historia oficial. Será de la confrontación de opiniones, escuelas e ideas históricas de donde claramente el lector encontrará y podrá sacar sus propias opiniones y conclusiones sobre lo que significaron y las consecuencias que dejaron en nuestro País la batalla de Caseros en el siglo XIX y la Revolución Libertadora en el siglo XX.
Para lograr este resultado hemos considerado –además- una situación objetiva, claramente manifestada recientemente por el Dr. Miguel Ángel Lentino en su obra:
“Sarmiento. Mentirosa es su Historia” (Ediciones Fabro. Bs. As. 2012), cuando transcribe textualmente el anteúltimo de los párrafos del magnífico prólogo de la obra “Vida de Hipólito Yrigoyen” que escribiera el gran poeta, dramaturgo, sociólogo, novelista, ensayista, historiador y biógrafo argentino Manuel Gálvez (1882-1962):


“Voy a insistir sobre el tema de la imparcialidad. Del que hablé también en el Prólogo de mi Vida de Hipólito Yirigoyen, pero considerándolo desde otro aspecto. La imparcialidad consiste en estudiar el tema histórico sin prejuicio, con el anhelo de encontrar la verdad. Suele erróneamente, confundirse la imparcialidad con la expresión fría y serena. Creo que, una vez hallada la verdad, no tiene el historiador obligación de parecer sereno, objetivo o neutral. Al contrario, una vez que uno se ha convencido de la verdad, debe gritarla, sobre todo si favorece a un hombre injustamente calumniado. Pero esto no nos exime de exponer las malas acciones de un personaje al que hemos llegado a admirar .Siempre la verdad, en todos los momentos: este debe ser el lema del historiador y del biógrafo. No confundamos, pues, con la parcialidad la exposición sincera o calidad del resultado de nuestros estudio imparciales. Ser verdadero y sincero es siempre ser imparcial. Y si debemos ser sobrios, serenos y objetivos no es por simular imparcialidad, sino por dignidad literaria, por voluntario despojamiento estilístico y porque así conviene a la gravedad de la historia…”
Por ello es que refiriéndose a la historia oficial señalaba Raúl Scalabrini Ortiz que “todo lo que nos rodea es falso e irreal. Es falsa la historia que nos enseñaron. Falsas las creencias económicas que nos imbuyeron. Falsas las perspectivas mundiales que nos presentan y las disyuntivas políticas que nos ofrecen. Irreales las libertades que los textos nos aseguran. Todo lo material, todo lo venal, trasmisible o reproductivo, es extranjero o está sometido a la hegemonía financiera extranjera”.
Por ello es también que claramente surgirá de lo escrito y volcado en este libro, que ha sido falso lo que nos han enseñado sobre las caídas de Rosas y de Perón los autores de la historia argentina oficial. Fundamentalmente porque esta corriente ya superada se inició como sistema de enseñanza para tergiversar la verdad histórica objetiva del patriotismo, la inteligencia y la grandeza de espíritu de Rosas y Perón como la de los logros geopolíticos de sus gobiernos y en vano intentaron engrandecer la figura del gran traidor y vulgar contrabandista Urquiza.
Relacionado con ello, recuerdo que hace ya algunos años, me tocó concurrir en mi calidad de Inspector del Dpto. Asociaciones Civiles y Fundaciones de la Inspección General de Justicia a una asamblea de la “Academia Argentina de la Historia”.
Fue en esa oportunidad donde conocí personalmente al Profesor Eugenio Rom de quien había leído varios años antes sus “Conversaciones con Juan Domingo Perón”, libro que escribió luego de entrevistar en Puerta de Hierro al General en su exilio en España.
También recuerdo que en esa misma asamblea el Presidente de esta entidad, Profesor Juan José Cresto me obsequió un libro sobre el General Urquiza publicado con motivo de la rememoración del bicentenario de su nacimiento, publicado por el Instituto Urquisista. Fue en ese momento, -luego de escuchar sus elogiosas palabras sobre Urquiza-, cuando le agradecí la gentileza al Profesor. Pero le aclaré que no podía aceptar el libro dado que yo me encontraba en el cumplimiento de mis funciones como Inspector de Justicia, es decir de Funcionario Público y que -además- yo me encontraba ubicado histórica e ideológicamente justo en la “vereda de enfrente”. Ello así porque había aprendido del tema de todos los autores que hasta acá hemos indicado y en conversaciones con el Dr. José María Rosa!
Efectivamente, después que hube leído su monumental obra “La caída de Rosas” de la biblioteca de mi padre -y que hemos releído y citamos en este libro gracias a su segunda edición publicada en septiembre de 2010-, tuve el privilegio de conocer a “Don Pepe” en el año 1982. Todavía en esos años era Director de la Revista Línea y su segundo en la escala jerárquica interna el Dr. Rubén Contesti. Este último, amigo personal de mi padre y de este Autor, era el encargado de recibirme en la sede de la calle Alsina cuando los días martes a las 20 hs. yo tomaba un taxi en la esquina de Santa Fe y Pueyrredón donde entonces vivíamos -tras haber tenido que mudarnos en plena dictadura por razones de fuerza mayor impuestas por las circunstancias de aquellas negras jornadas-, y sigilosamente me dirigía a la revista al curso sobre “Historia de la Constitución Nacional Argentina” que “Don Pepe” dictaba personalmente.
El querido amigo de hace mas de treinta años, Rubén “Chacho” Contesti entonces me recibía y desde su oficina yo llamaba por teléfono a mi madre, por pedido de ella, para avisarle que había llegado bien dado que en época de plena dictadura militar, concurrir a ese curso todavía podía ser visto como una “actividad subversiva” por la febril mente de las autoridades militares que asaltaron el poder constitucionalmente constituido y gobernaron de facto el País desde el tristemente recordado 24 de marzo de 1976.
Fue en este ámbito y dentro de este marco donde tuve el verdadero privilegio de conocer personalmente a quien ya por entonces era considerado el Historiador y Autor revisionista más renombrado y leído del país.
Recuerdo perfectamente cuando Don Pepe hacía su ingreso a la Sala con su boina, su pipa y acompañado por su elegante bastón se sentaba y comenzaba verdaderamente a dictar cátedra. Las ideas y sus palabras le brotaban como agua de manantial y yo tomaba nota enjundiosa y prolijamente.
Terminada la exposición que duraba aproximadamente hasta las 21 hs, yo me acercaba a él, siendo el más joven del auditorio conformado fundamentalmente por abogados, y con mis 18 años de edad me quedaba conversando y preguntándole algo en particular que acababa de escuchar por primera vez de su boca. En ese momento pasados algunos minutos Don Pepe me decía con su voz tan característica “…venga m´hijo, acompáñeme hasta el taxi…” y yo con un respeto casi reverencial lo acompañaba a bajar la escalera hasta llamar un taxi y verlo partir, mientras continuaba enseñándome con sus relatos la historia de la Constitución Argentina!
Tal como hemos dejado dicho con anterioridad,6 siguiendo los lineamiento esenciales del artículo 902 del Código Civil, según el cual cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos, habré de referirme prudencialmente a partir del conocimiento de algunos hechos históricos que he aprendido de la lectura de sus obras o he recibido directamente de boca de mi padre y de los más grandes historiadores argentinos contemporáneos.
Fundamentalmente de José María Rosa tal como hemos indicado. Asimismo de Fermín Chávez a quien también tuve el privilegio de conocer personalmente. A ellos bien podemos sumar las lecturas de las obras de los grandes historiadores revisionistas como Adolfo Salidas, Carlos Ibarguren, las de los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, o la de Jorge Perrone.
Adelantándonos en el tiempo corresponde destacar la influencia de las obras de Alberto González Arzac, Pacho O´Donelll y la de otros grandes estudiosos a quienes tengo el privilegio de frecuentar en los distintos cursos que dicta el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas como Alberto Gelly Cantilo, Oscar Denovi, José Luis “Pepe” Muñoz Azpiri, Jorge Sulé o el Embajador Héctor Flores entre otros.
También ha coadyuvado con mi interés en estos temas históricos el hecho de ser Miembro Regular del Instituto de Historia del Derecho del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal CPACF., fundamentalmente por el elenco de miembros que lo integran.
El Director es el Dr. Alberto González Arzac, Alberto Gelly Cantilo el Subdirector, la Dra. María Luz Amadora Rodríguez es la Secretaria y lo integramos los Drs. Enrique Arnoux Narvaja, el Autor de esta obra, Jorge Alberto Cellier, Jorge Francisco Cholvis, Carlos Alberto De Santis, Ezequiel Jesús Drugueri, Jorge Eduardo Roque Fernández, Sergio Rodolfo Núñez y Ruiz Díaz y Sandro Fabricio Olaza Pallero.
El lector habrá de apreciar entonces, las razones de mi eterno agradecimiento al Padre de los Cielos por lo que me permitió aprender en mi niñez y juventud, por poder continuar estudiando, repasando y aprendiendo día a día y la obligación moral que he sentido de transmitirlo en estas páginas a generaciones actuales y futuras de argentinos. ¡Quiera Dios nuestro Señor que podamos lograr este objetivo auto impuesto en memoria y agradecimiento por todo lo recibido de todos los mencionados en este “Prefacio”!
   
Continuó con su importante interpretación de estos hechos históricos argentinos, destacando y explicando varios de los temas a los que se refiere e en su libro "Ignominias Paralelas". Caseros y La Libertadora. La verdad histórica objetiva", que en una y clásica interpretación de la historia, que comparte in totum bien podemos decir con Miguel de Cervantes Saavedra “historia émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado y lo presente, advertencia de lo porvenir” (El Quijote XL).
Tal como ya hemos señalado anteriormente, la historia es el estudio y el relato de los acontecimientos pasados de que nos valemos para entender el presente y, si cabe, para intentar sospechar lo futuro. En principio sólo puede hacerse mediante dos tipos de datos: informaciones de testigos y noticias de documentos.
Para la elaboración de este libro de historia nos hemos podido valer –felizmente-¡ de estas dos categorías de fuentes. A saber: En primer lugar las “informaciones de los testigos” se corresponden con los relatos de la doctrina peronista, obra de gobierno y posterior caída de Perón que me transmitiera en primer lugar mi padre, Dr. Alberto Biagosch, posteriormente dos grandes maestros y amigos, los Dres. Felipe y Alberto González Arzac. Con el paso del tiempo tuve el privilegio de conocer a grandes historiadores y hombres de la política argentina, tal como hemos señalado en el punto anterior. Pero además de ellos, quiero destacar el enorme privilegio que me ha deparado la vida en los últimos diez años de poder conocer -y repasar los más importantes hechos históricos del peronismo y de la revolución libertadora- a quienes desde siempre he considerado como “verdaderos próceres del peronismo” y de la resistencia peronista como lo fue y felizmente continúan siéndolo el Dr. Enrique Oliva, Carlos Ponce, Porfirio Calderón, Manuel Gallardo, Natalio Acher, José Notaro y algunos más.
Las “noticias de documentos” a las que se refiere Toynbee como fuente de estudio de la historia, el lector habrá de apreciar que en este libro están representadas por todas y cada una de las citas bibliográficas que –además de haberlas mencionado en el punto anterior- a lo largo de la obra hemos efectuado.
Aún así, como señala Arnold Toynbee al inicio de su monumental obra -cuya lectura también me aconsejara desde chico mi padre- en cualquiera época de cualquiera sociedad el estudio de la historia, tal como las demás actividades sociales, está gobernado por las tendencias dominantes del tiempo y el lugar. A efectos de resaltar la relatividad del pensamiento histórico, Toynbee cita en el comienzo de su obra, aquél texto atribuido a Jenófanes: "Los etíopes dicen de sus dioses que son de nariz roma y tez oscura, y los tracios de los suyos que son de ojos azules y cabellos rojos. Si los bueyes y caballos tuvieran manos y quisieran dibujar o producir obras de arte como los hombres, los caballos dibujarían a sus dioses como caballos, y los bueyes como bueyes, y esculpirían sus cuerpos divinos conforme al modelo de los suyos propios." 1
El interés filosófico por la naturaleza del saber histórico surgió en gran parte dentro de una corriente general de protesta contra la tendencia existente entre los seguidores de la Ilustración a considerar las ciencias naturales como paradigma de todo conocimiento verdadero. Incluso, para algunos de los primeros filósofos de la historia, la idea de que las categorías y modos de interpretación utilizados con tanto éxito en la investigación de la naturaleza física podían aplicarse con validez a los estudios humanos distaba de ser evidente.2
La naturaleza de la historia y su objeto de estudio bien pueden ser analizados a partir de distintos elementos, o bien teniendo en cuenta variables consideraciones. Así, podrá hablarse de filosofía de la historia, de historia y ciencias sociales, de etnohistoria, de historia cultural, de historia social, de historia de las ideas, etc.
La filosofía de la historia, por ejemplo, es una expresión que hoy se usa referida a dos tipos de investigación totalmente distintos. Tradicionalmente se ha utilizado para designar los intentos de ofrecer una explicación o interpretación totalizadora del proceso histórico. En este sentido, las filosofías de la historia, se han planteado siempre cuestiones tales como: ¿cuál es el sentido (significado o finalidad) de la historia? o, ¿Cuáles son las leyes fundamentales que rigen el cambio y el desarrollo históricos? Entre los principales exponentes de este tipo de teorías podemos citar a Vico, Herder, Hegel, Comte, Marx, Buckle, Spengler y -más recientemente- Arnold Toynbee y Pitrim Sorokin. Todos ellos comparten la creencia de que la historia presenta problemas que escapan a la atención de los historiadores ordinarios, cuya labor, limitada en gran parte a la investigación de determinadas áreas o sectores del pasado, no satisface la exigencia de una concepción intelectual o moralmente aceptable del curso de la historia "como un todo".
El historiador, como cualquier otro investigador de causas, no puede evitar acudir a proposiciones generales que expresen uniformidades verificadas empíricamente; son éstas las que proporcionan el apoyo o justificación esencial que sus explicaciones requieren.
Hemos señalado anteriormente que dado que la palabra concepto (del latín conceptus) es entendida como la idea que concibe o forma el entendimiento, y si entendemos a la palabra “definición” (del latín definitio) como la proposición o fórmula por medio de la cual se define un concepto,3 corresponde hacer algunas referencias del título de esta obra.
El diccionario de la Real Academia de Lengua Española al hablar del concepto de “ignominia”, destaca que el vocablo proviene del latín ignominia que significa afrenta pública. Esta lleva implícita una ofensa que se realiza de manera pública y que por ello resulta visible por los integrantes de la comunidad.
También puede interpretarse como una especie de mancha que atenta contra la dignidad de la civilización, y varias otras conceptualizaciones.
Independientemente de la acepción o definición que le demos o le asignemos al concepto, estamos indudablemente ante un hecho que supera la calificación de disvalioso, reprochable, objetable, censurable, contrario al interés y al bienestar general, injusto e –incluso- deleznable.
Todos estos calificativos quedan comprendidos dentro del vocablo de ignominia, porque fundamentalmente se trata de una afrenta colectiva contra el conjunto, es decir contra la comunidad en su conjunto, la comunidad toda, y esto la torna pública dentro de la misma.
Es sufrida por todos y por ello el reproche y su consecuente rechazo contra la ignominia, será colectivo.
Esta es la explicación del rechazo popular y del repudio de la comunidad en forma prácticamente absoluta que tuvieron en su momento y mantienen al día de hoy las campañas que culminaron en los derrocamientos y caídas del Brigadier General Juan Manuel de Rosas en 1852 y del Tte. Peral. Juan Domingo Perón en 1955.
Estas ignominias paralelas tienen en común entre otras cosas la nefasta y repudiable consecuencia de configurar verdaderos atentados contra el bien común, entendido dentro de la concepción aristotélico tomista como el bien de la comunidad en su conjunto y no como al suma de lo bienes individuales de sus integrantes. Llevan implícito, entonces, la característica esencial de ser actos contrarios al interés y al bienestar general de la comunidad donde se producen; Es decir de la Nación Argentina y del pueblo argentino!
De estas dos premisas lógicas surge entonces que todo hecho ignominioso o que lleve y/o sea considerado como una ignominia, será contrario al bien común.
En este libro habremos de demostrar que el calificativo de verdaderas ignominias le cabe tanto a la mal llamada “Batalla de Caseros” como casi un siglo después a la mal llamada “revolución libertadora”.
Maliciosamente llamadas así por la historia oficial, -en primer lugar- , porque el 3 de febrero de 1852 las tropas argentinas pelearon con denuedo en los campos de Morón y el nombre de “Caseros” se le impuso como nombre a la batalla para la historia oficial porque allí fue donde combatieron las tropas brasileras que así lo exigieron..
Y fue el Imperio del Brasil el verdadero triunfador de esta batalla frente a las tropas de la Confederación Argentina, que luego de la ignominiosa traición del nefasto gobernador contrabandista Justo José de Urquiza, cayeron derrotadas.
Es en este punto donde debemos -en honor a la verdad histórica objetiva !-dejar lo suficientemente aclarado para las generaciones presentes y futuras de argentinos lo siguiente:
Es absolutamente falaz la afirmación tantas veces proclamada, escuchada y repetida por los voceros de la historia oficial de que el Pronunciamiento de Urquiza y luego la batalla de Caseros obedecieron a un proceso histórico político dirigido a derrocar a un tirano que solamente gobernaba con facultades extraordinarias la Confederación Argentina sin querer darle una organización constitucional a la misma.
Falsa es esta interpretación que casi como un dogma nos han querido y han logrado imponer a partir de 1852 hasta la irrupción del movimiento y corriente de interpretación revisionista de nuestra historia, por dos cuestiones fundamentales: Justo José de Urquiza ya ha quedado en nuestra historia como el mayor Traidor que conocieron estas tierras, a punto tal de que siendo jefe del Ejército que habría de combatir contra el Imperio del Brasil a quien se acaba de declarar la guerra, se da vuelta y con ese ejército, sumado a las tropas imperiales del enemigo, es decir del Imperio del Brasil y los mercenarios traídos y especialmente contratados, ataca a su propia Patria y derroca a Rosas.
Viene al caso recordar acá que por algo en el último círculo del Infierno del Dante, ubica a los traidores y que en la Antigua Grecia el castigo mayor era el destierro, sólo reservado para los “Traidores a la Polis”. Es decir para quienes cometían traiciones políticas, como efectivamente fueron Caseros y La Libertadora.
Pero no sólo la campaña en su contra y posterior derrocamiento se hizo contra Rosas visto como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, sino también como encargado de la representación externa de la Confederación Argentina.
Este imperdonable proceder del gran traidor de nuestra historia, agrava más aún su delictiva calificación objetiva cuando consideramos que el gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza no sólo fue un traidor, sino que esta vergüenza obedeció a cuestiones fundamentalmente ligadas a su sus intereses económicos fraudulentos con lo cual se desestima del todo la falsa visión de que se trataba de un estadista de los orígenes de nuestro país.
Los negocios espurios de Urquiza fueron directamente perjudicados por la Ley de Aduanas de 1835 y por ello es que luego de su sanción siguió contrabandeando con el sitio de Montevideo para poder seguir enriqueciéndose ilícitamente.
He aquí al nefasto personaje de nuestra historia continuó su lucha contra quien le impedía o -cuanto menos- perjudicaba o entorpecía sus delitos económicos en defensa de los intereses de la Confederación, hasta que se alió con el enemigo para derrocarlo.
Decimos que se sumaron al ejército argentino-brasilero gran cantidad de mercenarios de distintas nacionalidades como italianos, españoles, alemanes y de otras latitudes. La mayoría de ellos como simples mercenarios contratados para cumplir el deleznable objetivo de luchar y matar al adversario sin motivación ni causa alguna más allá del vil metal y obtener sumas de dinero a cambio.
Pero dentro de todos ellos hubo un mercenario de origen alemán apellidado Bullrich que logró quedarse en estas tierras después de pelear en la batalla para la que había sido contratado o reclutado junto a otros mercenarios alemanes y, gracias a las sumas de dinero recibidas, logró afincarse en este suelo y comenzar a relacionarse con la “gente decente” de la sociedad porteña y con el tiempo dar origen a una familia, mal supuesta como tradicional de nuestra sociedad.
Ello así dado que en realidad su fortuna tuvo un deshonroso y vergonzoso origen como lo tuvieron otras familias desde entonces relacionadas con algunas otras ya afincadas en nuestro país desde hacía varias generaciones como la familia Anchorena, primos de Don Juan Manuel de Rosas.
Es decir que a Caseros debemos -entre tantos otros males y situaciones nefastas para nuestra patria que serán analizadas en distintos capítulos de este libro-, haber generado o dado origen a una supuesta clase social “decente” viciada ab initio por haber sido originada y fundada por contrabandistas, mercenarios y asesinos a sueldo!
Adelantándonos casi un siglo en nuestra historia, veremos como algo similar ocurrió a partir de golpe del 16 de septiembre de 1955 donde algunos inescrupulosos y oportunistas encontraron una buena posibilidad de ascender socialmente sobre la base de su apoyo a las ideas liberales y del “gorilismo” que se impuso en la Argentina con la Revolución Libertadora, sobre la sangre de inocentes compañeros peronistas, perseguidos, fusilados y aniquilados a partir de entonces, solamente por ser peronistas o defender al gobierno constitucional de raíz nacional y popular como no había tenido nuestro país desde la época de Rosas!.
Respecto a este gran interrogante histórico de las razones por las cuales el Presidente Teniente General Juan Domingo Perón, en ejercicio de sus facultades constitucionales legitimadas en 1946 e ininterrumpidamente en 1952, y en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas como lo establece la CN. no hizo uso legítimo de la fuerza para defender su gobierno de los sediciosos, alguna vez en el año 2009 conversando al respecto con el Dr. Enrique Oliva en su calidad de socio fundador y primer Presidente de la “Asociación de la Resistencia peronista. RESISPER” me confesó lo siguiente: “…Estando con Perón junto a John William Cooke en Panamá durante los primeros tiempos de su exilio el propio Oliva le preguntó al General este tema y Perón con firme convicción le contestó que “..de haber utilizado el ejército para reprimir a los sediciosos, éstos hubieran consumado su amenaza de bombardear las costas y el Puerto de la Ciudad de Buenos Aires con las refinerías de petróleo como habían empezado a hacer en Mar de Plata y el pueblo todo se levantaría en armas ocasionando una cantidad de muertos cercana al millón de personas..”. Agregó a ello- según relato de Enrique Oliva- que el él no sería nunca el causante del derramamiento de sangre de estas dimensiones al que estaban dispuestos “las bestias” que finalmente lo derrocaron en la República Argentina!
Por lo tanto, bien podemos decir en honor a la verdad histórica objetiva- que otra de las deudas que la Nación Argentina tiene para Juan Domingo Perón es haber evitado el derramamiento de sangre de un modo nunca visto en la historia argentina y marchar al exilio como ofrenda de paz para todos los argentinos!
Clara manifestación del nefasto y viciado de nulidad ascenso social en 1955, lo fueron los nefastos “comandos civiles”, quienes proclamando la caída de mal supuesto "régimen peronista”, en realidad se dedicaron a matar, torturar, violar mujeres robar bienes personales como nunca hasta entonces se había dado en el siglo XX en la Argentina!
   
...Continuando con su exposición destacó como una Indispensable Primera Aproximación en torno a todos los temas históricos a los que se referiría: En tal sentido destacó que sin duda alguna podemos afirmar que ha sido una de las mayores y más ambiciosas iniciativas perseguidas durante años por la llamada “historia oficial”, pretender instalar en la opinión y en la memoria colectiva del pueblo argentino, la idea de que tanto Rosas como Perón cayeron y fueron derrocados por verdaderos actos de justicia y fueron desterrados como escarmiento por haber sido dos tiranos que sometieron al pueblo argentino a sus decisiones y ambiciones personales, sin tener otro objetivo que llevar adelante un programa de gobierno despótico, sin permitirle ejercer sus derechos mas elementales a los argentinos.
Sin embargo, y más allá de que este objetivo fue sólo alcanzado con relativo éxito durante algunos cortos períodos temporales posteriores a Caseros y a la Libertadora, luego de haberlos impuesto a fuerza de sangre y fuego!. Desde el verdadero enfoque histórico científico que desarrollara el revisionismo histórico en la Argentina, ha quedado desestimada de raíz esta primera interpretación.
En realidad la verdad histórica objetiva a la que ha podido arribar el estudio científico y en serio de la historia iniciado a partir de su esencial consideración de saber científico, no es otra que la que indudablemente se ha impuesto luego de haber tenido que demostrar la falsedad de la visión interpretativa anterior.
Claro y tortuoso ejemplo de ello, lo fueron los nefastos “comandos civiles”, quienes proclamando la caída del mal supuesto “régimen peronista”, en realidad se dedicaron a matar, torturar, violar mujeres y robar bienes muebles como nunca hasta entonces se había dado en el siglo XX en la Argentina!
Ellos actuaron –en este y otros sentidos- del mismo modo que en el siglo anterior lo habían hecho los mal llamados “libertadores” quienes -también so pretexto de derrocar al tirano-, regaron con sangre de compatriotas y soldados federales las calles de Buenos Aires, y de cadáveres colgados en la arboleda de San Benito de Palermo.
Es decir a partir de estos actos delictivos en ambos casos, los verdaderos “delincuentes comunes” se valieron de la excusa de “derrocar al tirano” para poder imponer la violencia, el robo, la tortura y la muerte como partes integrantes inescindibles de una misma política contra el gobierno democrático, nacional y popular. Pero también muchos de ellos lo hicieron para escalar socialmente e intentar “ascender socialmente”.
Otro rasgo común inescindible a la política ideada y luego implementada que encontraremos después de Caseros y de la Liberadora, estará dado por el hecho de la necesidad imperiosa –aunque infructuosa- de hacer desaparecer de la escena política a estos dos grandes patriotas: el Brigadier General Juan Manuel de Rosas y el Teniente General Juan Domingo Perón. Ambos fueron desterrados como método y ejemplo sancionatorio. También se los quiso mancillar y calumniar con procesos judiciales y causas inventadas y fabricadas que finalmente terminaron por fracasar estrepitosamente, poniendo al descubierto su falsedad, mala intención y la bajeza personal y espiritual de quienes inútilmente las inventaron y propiciaron.
En vano fueron –además- los intentos que pretendieron hacerlos desaparecer de la vida política argentina como si nunca hubiesen existido y no hubiesen tenido influencia alguna con sus actos de gobierno en defensa de la soberanía argentina con la grandeza de la Patria, como la tuvieron.
Es decir fueron víctimas de la venganza, del odio y del rencor cuando debieron sufrir la llamada “muerte del corazón” que implicaba el destierro perpetuo -ese castigo supremo que los griegos reservaban para los traidores de la polis, el ostracismo había de ser aplicado inexorable y cruelmente a Rosas y un siglo después a Perón.
Asimismo los gobiernos instalados en nuestro País luego de sus respectivos derrocamientos no fueron otra cosa que “verdaderas dictaduras” dentro del plano de concepción estrictamente aristotélico-tomista. Recordemos al respecto que en su clasificación de los sistemas de gobierno, Aristóteles ubica dentro de los llamados “gobiernos impuros” en primer lugar a las dictaduras. Dentro del plano tomista las mismas son –además- “contrarias al “bien común”, es decir contrarias al bien de la comunidad en su conjunto, vale decir de la comunidad en general, más allá de los bienes propios de cada uno de los individuos que la integran.
Po lo tanto, la afirmación indicada en renglones anteriores no hace mas que determinar que surge de manera palmaria de aquel hecho inobjetable de nuestra historia: es el que indica claramente que durante los gobiernos de Rosas y Perón, no sólo nuestro País conoció sus épocas de mayor grandeza geopolítica, económica y social de la historia argentina como veremos a lo largo de esta obra, sino además las etapas históricas de mayor felicidad de su pueblo.
El primer incontrastable indicio de ello nos lo da el sabio Martín Fierro, cuando ya en sus primeras estrofas del Capítulo II rememora la época de Rosas y describe objetivamente el feliz, cristiano y pacífico quehacer diario del gaucho en la pampa, señalando, entre otras cosas:

Yo he conocido esta tierra
En que el paisano vivía
y su ranchito tenía,
y sus hijos y mujer…
Era una delicia el ver
Cómo pasaba sus días.

Entonces…cuando el lucero
Y apenas la madrugada
Empezaba a colorear,
Los pájaros a cantar,
Y las gallinas a apearse,
Era cosa de largarse
Cada cual a trabajar.

Ay tiempos ¡…Si era un orgullo
Ver jinetear un paisano!
Cuando era gaucho baquiano,
Aunque el potro se volease,
No había uno que no parase
Con el cabresto en la mano.

Y mientras domaban unos,
Otros al campo salían,
Y la hacienda recogían,
Las mandadas repuntaban,
Y ansí sin sentir pasaban
Entretenidos el día...

Y verlos al caer la noche
En la cocina reunidos,
Con el fuego bien prendido
Y mil cosas que contar,
Platicar muy divertidos
Hasta después de cenar.


También José Hernández recordará con nostalgia aquellas épocas pasadas, manifestando una suerte de convocatoria reivindicadora de la figura y las épocas felices de Don Juan Manuel y las volverá a evocar en la Segunda Parte, es decir en La Vuelta de Martín Fierro. Ello así cuando claramente se refiere a la persecución sistemática y matanza del gaucho argentino, que como política predeterminada, tuvo lugar básicamente durante la presidencia de Bartolomé Mitre, ante quien ejerció gran influencia Domingo Faustino Sarmiento.
Han quedado grabadas a sangre y fuego las palabras que este nefasto personaje de nuestra historia le escribiera y personalmente manifestara al entonces Presidente, el
-no menos- nefasto personaje Bartolomé Mitre: “No escatime en sangre de gauchos que es lo único que tienen de humanos…”
Huelgan las palabras si tuviéramos que calificar estas manifestaciones. Por lo tanto lo que sí podemos hacer es reafirmar que formaron parte de una sistemática, organizada y prestablecida política contra el gaucho, lo que configura un verdadero “genocidio”, agravado por la discriminación del hombre de campo y del pueblo argentino que en su esencia representaban los personajes mencionados. Por ello es que Martín Fierro también nos decía:

Y dejo correr la bola
que un día se ha de parar.
Debe el gaucho soportar
hasta que lo tape el hoyo,
o hasta que venga algún criollo
en esta tierra a mandar


También el mismo José Hernández, luego de exponer con su maravillosa pluma, la elaboración sociopolítica en verso que constituye la obra literaria más importante de la literatura argentina en toda su historia!, nos deja un mensaje final de Martín Fierro:


Es el pobre en su orfandad
De la fortuna el desecho
Porque nadie toma a pecho
El defender a su raza
Debe el gaucho tener casa
Escuela, Iglesia y derechos.

Este mensaje final del gran Martín Fierro no hace más que reafirmar y reivindicar claramente para las generaciones futuras que el gaucho argentino durante la época posterior a Rosas, fue brutalmente empobrecido como uno de los aspectos de la feroz persecución a la que fue sometido. Además no puede desconocerse que la Confederación Argentina durante el segundo gobierno de Rosas había alcanzado una época de pleno empleo gracias a la industrialización de las regiones del interior del País y la creación de los saladeros en la campiña de la Provincia de Buenos Aires. Esta situación socio-política había permitido que se consiguiera no sólo el pleno empleo del hombre de campo, -léase del agaucho argentino-, sino también que determinó que ganaran los mejores salarios de toda la América de entonces!
Por eso es que tal como se ha reafirmado recientemente, lo indiscutible es, -como afirma Manuel Gálvez-, que “cuando cayó Rosas y con él la Ley de Aduanas, nuestras industrias se arruinaron.1
También en esta estrofa de Martín Fierro, el sabio José Hernández nos habla de una “Raza” que había dejado de ser “defendida” por las autoridades gubernamentales, como lo había sido en época de Rosas, reivindicando que -como en aquella época pasada-, debía el gaucho, como representante de la raza empobrecida, “tener casa, escuela, iglesia y derechos”, todos ellos adquiridos, incorporados al hombre del pueblo argentino y gozados con Don Juan Manuel!
Esta misma situación de reivindicación del hombre del pueblo argentino se verá claramente en los gobiernos y política de Estado de Perón.
Por eso el segundo dato objetivo de que la “Grandeza de la Patria y la Felicidad de su Pueblo” fue una constante en los gobiernos de Rosas y la finalidad esencial de la doctrina y gobierno peronista, está manifestado en la obra jurídico-política más importante de todo el siglo XX en la Nación Argentina, como lo fue la Constitución Nacional sancionada en el año 1949.
Además del análisis que se efectúa en el capítulo especialmente referido a ese aspecto, dejamos dicho en este capítulo que ya su “Preámbulo” nos hablaba de la voluntad inquebrantable de constituir una Nación SOCIALMENTE JUSTA, ECONÓMICAMENTE LIBRE, Y POLITICAMENTE SOBERANA.
Otro aspecto común a la Batalla de Caseros y a la Revolución Libertadora es que se trata de hechos lamentables que han sido contrarios a los intereses del Estado, de la ley y de la comunidad organizada, y por lo tanto han sido también contrarios al bien común y al bienestar general de los argentinos.
Seguidamente, en el otro capítulo de esta obra, se desarrolla la explicación de esta afirmación irrenunciable.
Pero previo a ello, corresponde dejar claramente referido como “verdad histórica objetiva” otro de los determinantes aspectos en común ente una y otra ignominia
-separadas por un siglo en el tiempo-, pero con estos mismos aspectos comunes señalados ya en la “Introducción” y en el presente capítulo de esta obra.
Se trata de dejar lo suficientemente aclarado para las generaciones actuales y futuras de argentinos que fueron las potencias extranjeras más importantes en una y otra época las que –con la ayuda de los socios y traidores locales- influyeron, gravitaron, determinaron y actuaron directamente en las caídas de los dos gobiernos más populares, nacionales y exitosos de la historia argentina!